Considerado por muchos, entre ellos grandes chefs y críticos gastronómicos. Los huevos fritos son el plato más español gastronómicamente hablando. Los puedes acompañar de lo que más te guste, ya sea jamón serrano, salchichas, zorza, bacon o incluso tomates salteados u otra verdura.
En cuanto a su elaboración depende mucho de el gusto que tengáis, ya sea más hechos o más crudos. Lo ideal es la clara bien cuajada con su «puntilla» y la yema cremosa y ligera.
La «puntilla» en los huevos es lo que más le gusta a la mayoría, aunque para que un huevo sea considerado perfecto debe tener:
Por un lado, la clara ligeramente tostada y crujiente por los bordes (puntilla); y por otro, la yema cremosa y caliente.
En cuanto a tema de salud, los huevos entrarían perfectamente en cualquier dieta recomendando un consumo moderado y no habitual. La mala noticia es que para mantener una dieta sana debes comer los huevos cocidos.
Por lo tanto, consideraremos este plato como un capricho ocasional y no como un plato habitual en nuestra dieta. Mi receta es con jamón serrano y chorizo. La pauta que os dejo es la de cómo hacer para que los huevos os queden perfectos.
En primer lugar echaremos abundante aceite en una sartén y le subiremos el fuego hasta que casi empiece a echar humo. Será ahí cuando echaremos los huevos y bajaremos el fuego al mínimo. La manera para que no salten y se manche toda la cocina es no echar los huevos directamente de la nevera. Lo mejor es sacarlos media hora antes para que se atemperen y el choque de temperatura con el aceite no sea tan drástico y no provoque ningún desastre.
En el momento de echar los huevos notaréis que empiezan a cuajarse muy rápido, entonces lo único que tenéis que hacer bajar el fuego al mínimo y con ayuda de una espumadera irle rociando aceite por encima hasta que se cocine por completo y lo saquemos para un plato.
QUE APROVECHE!!!!
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